Henri Cartier-Bresson

Henri Cartier-Bresson está considerado uno de los fotógrafos más influyentes de todos los tiempos. Testigo de la evolución del ser humano y su entorno a lo largo de todo el siglo XX, con su cámara ha registrado la industrialización, la modernización de las ciudades, a las personalidades más importantes de su época, así como los conflictos políticos y sociales más revolucionarios de la historia reciente. Es autor del libro ‘El momento decisivo‘, considerado hoy día como ‘la biblia’ de la fotografía de calle  por muchos fotógrafos. Además, fue uno de los fundadores de la agencia Magnum y uno de sus máximos representantes durante toda su vida. También es conocido como el “ojo del siglo” por ser testigo clave de la historia y el máximo exponente de una manera de hacer fotografía, trabajando la escena y esperando a que la casualidad transforme la imagen de interesante a ‘irrepetible’.

“Tus primeras 10.000 fotografías son las peores”

– Henri Cartier-Bresson

Henri Cartier-Bresson nació en el seno de una familia burguesa el 22 de agosto de 1908 en la localidad francesa de ‘Chanteloup en Brie’, a 30 kilómetros de París, aunque se crió en París. Su gran pasión infantil fue la pintura. Adornaba sus cartas con pequeños dibujos y llenaba sus cuadernos de bocetos. Sus padres eran dueños de una fábrica de hilos que querían que Henri dirigiera, pero él quería dedicarse a su gran pasión: la pintura.

A los 15 años se enamoró de la pintura, que conoció una década antes de la mano se su tío pintor, que a los 5 años le llevó a ver su estudio. Se enamoró de aquellos lienzos. A esa edad, se compró su primera cámara: una Kodak Brownie Box, pero para él la cámara sólo era «una forma rápida de dibujar intuitivamente». Él seguía enfocado en la pintura. Aquella primera cámara, la ‘Brownie Box’ fue también la primera cámara de grandes fotógrafos como Ansel Adams (se la regaló su padre en 1916, cuando tenía 14 años) o Vivian Maier (1949, con 23 años, como ha documentado su descubridor John Maloof).

Sus cuadros más antiguos conservados son de cuando tenía 16 años (1924) y muestran una evidente influencia del pintor postimpresionista Paul Cézanne, cuya obra constituye el vínculo más poderoso y esencial entre los aspectos efímeros del Impresionismo y los movimientos más materialistas y artísticos del Fauvismo , el Cubismo , el Expresionismo e incluso la abstracción completa. Hasta los 18 años pintó con regularidad junto a Jacques Émile Blanche y Jean Cottenet. Con 18 años, sus padres querían que ingresara en la escuela de administración de empresas para poder llevar la gran empresa familiar, pero suspendió varias veces el bachillerato y le dejaron ingresar en una academia de dibujo, donde conoce a los surrealistas franceses.

Bresson comenzó a revelar sus propias fotos a los 20 años. Justo en 1929, con 21 años estaba en África realizando el servicio militar., le gustó y se quedó, como hacían otros amigos pintores como André Gide y Louis Ferdinant Celine. En aquella época sus amigos eran pintores, no fotógrafos y era costumbre pasar al menos una temporada en África. A los 22 años la fotografía le ganó la batalla a la pintura Ya era 1930 y tenía 22 años. Viajó a la costa de marfil, donde fue cazador. Pero lo más importante de aquella época es que empezó a hacer fotos y vivió su transición de pintor a fotógrafo. Cambió la escopeta por una una Leica III con un Summitar 50mm f2. Y hacía uso de la hiperfocal marcando la lente. Justo ese año 1930 se publicaba el libro ‘Atget, photographe de Paris’, del famoso fotógrafo-topógrafo documental que había fallecido tres años antes. El trabajo de Eugene Atget hizo que se interesara por la fotografía. Le «impresionó». En aquellos días fue cuando tomó las fotografías de la gente de Dieppe.

«La Fotografía es un medio de expresión artística como la música o la poesía pero además es un medio que nos permite dar testimonio»

– Henri Cartier-Bresson

En 1934, con 26 años, viajó a México y vivió en DF varios meses. La mayoría de las personas con las que se relacionaba asiduamente estaban muy involucradas en la lucha revolucionaria. En México sintió el deseo de realizar películas por su cuenta. Allí conoció al fotógrafo mexicano Manuel Álvarez Bravo, junto al cual expuso en 1935. Tenía 27 años. Esa muestra se expuso en la Levy Gallery de Nueva York junto a las fotos de Walker Evans, padre de la fotografía documental norteamericana, sólo cinco años mayor que él. En ese año 1935, en EEUU, aprendió los rudimentos de la cámara de cine en una cooperativa de documentalistas muy influidos por las ideas, tanto políticas como estéticas, soviéticas y reunidos en torno al fotógrafo y cineasta norteamericano Paul Strand (padre de la fotografía directa) bajo la denominación de ‘Nykino’, (NY de Nueva York + kino, que significa cine en ruso) y realizó su primer cortometraje.

En junio de 1940, con 32 años, era el responsable de fotografía en el ejército francés. Fue hecho prisionero.  Pasó casi tres años (35 meses) en un campo de prisioneros de guerra. Tras tres intentos, logró escapar en febrero del 43, con 35 años.  Huyó a París y trabajó para la resistencia francesa. Realizó fotos sobre la ocupación y retirada alemanas.

En mayo del 47 funda Magnum, la primera agencia de fotografía cooperativista, donde los fotógrafos mantienen los derechos de sus fotografías y deciden por sí mismos adónde viajan. Así, se reparten el mundo entre ellos: Capa y Chim (Europa), George Rodger (África y Oriente medio) y Cartier-Bresson (Asia).

En 1952 publica ‘Images à la sauvette’, (imágenes a la carrera) ‘El Momento decisivo’, con una cubierta diseñada por Henri Matisse. En el indicaba que el momento decisivo lo puede ser por razones diversas:

  • Por suceso: El/los protagonistas realizan o sufren una acción remarcable, memorable, noticiable o casual.
  • Por geometría/composición: Los elemento se disponen y alinean cual astro en el firmamento.
  • Mensaje: la imagen transmite una idea o sirve como ejemplo para transmitir una idea, una emoción o un mensaje.

En 1967, a los 59 años, se divorció de su mujer ‘Eli’, tras 30 años de matrimonio y tres años después, en 1970 se casó con la joven fotógrafa Martine Franck, treinta años más joven. En 1972, con 64 años, tuvo a su primera y única hija: Melanie y la paternidad le quitó las ganas de viajar. En esa época de los 70 ya no quería recibir encargos de reportajes y cada vez estaba más descontento con la agencia que fundó: Magnum pues consideraba que se estaba alejando cada día más del espíritu que motivó su creación, por lo que se retiró de los asuntos de la agencia en 1974, a los 66 años y se dedicó a organizar sus archivos, vender sus revelados y hacer libros y exposiciones, pintaba, dibujaba y hacía fotos de paisajes y retratos con su Leica.

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